Crónica Mario Bernal – Half Balaguer ( 27/08/2016 )

[vc_row][vc_column][dt_fancy_title title=”Crónica Mario Bernal – Half Balaguer ( 27/08/2016 )” title_size=”h3″ title_color=”custom” custom_title_color=”#000000″][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Tenía ganas de hacer el mítico Half de Balaguer.  Algunos compañeros me habían contado que era bastante duro, pero muy bonito y bien organizado.  La verdad es que se quedaron cortos en los tres términos.

Primero vino el cambio de hora para la salida, que pasaba de las 16:00 a las 12:00.  A medio dia! En Agosto! En Balaguer! Ya se preveía que no iba a ser nada fácil, además mirando la previsión del tiempo que se iba presentando a lo largo de esa semana.

Llegué pronto al Pantano de Sant Llorenç a dejar la bici.  Me encontré allí con mi amigo y compañero David Sans e hicimos toda la previa de la competición juntos.  Una vez preparado el material en ambos boxes, llegamos en el primero de los autobuses que subía desde Balaguer hasta el pantano, con tiempo suficiente para ver la salida del Triatló del Infern (una animalada que consiste en 1,9 kms de natación + 20 kms en BTT + 90 kms en bici de carretera + 21 kms corriendo).  Por algo es el Triatló del Infern.

Llega la hora.  Neopreno puesto, nervios en el estómago, gafas preparadas.  Todo en orden.  Sé que será duro, pero me encuentro bien.  Sé que estoy bien preparado y tengo muchas ganas, sobre todo después de haberme perdido Terres del Ebre.  Me pongo en mitad del grupo para la salida de la natación.  Los típicos golpes, pero pronto consigo engancharme a unos pies y coger un buen ritmo.  Soy un pésimo nadador, pero finalmente voy encontrándome bien en el agua.  Se notan los entrenos de Óscar.  Terminé el agua en 37:53, y me dio un buen subidón cuando vi que todavía quedaban bastantes bicis en boxes.  No había salido nada mal.

Cogí la bici sabiendo que venía la parte más dura, esperando que las nubes que tapaban el sol se quedaran allí un buen rato.  Hacía calor, pero montado en la bici, en llano, se hacía soportable.  Me acoplé y empecé a tirar cómodo hasta el primer puerto.  Tirando a mi ritmo, llegué hasta la cima y justo al girar y empezar la bajada, vi a David Sans, a José Luis y luego a Jordi Carbó.  Ibamos los cuatro bastante cerca uno del otro.  En la bajada me puse muy nervioso.  Es algo que tengo que practicar mucho y mejorar.  Empezó a adelantarme muchísima gente, entre ellos –claro- mis compañeros de club.  Me costó mucho quitarme esa mala sensación, iba muy tenso bajando, lo que hacía que la rueda delantera vibrara, yo frenando y la gente adelantándome.  Luché contra ello y finalmente conseguí relajarme, justo a tiempo para enfrentar el puerto más duro, el de Fontllonga, que debíamos subir por los dos costados.  Fue muy duro.  El calor apretaba y la subida se hacía eterna.   Cada avituallamiento era un oasis para coger una botella de agua y refrescar un poco.  Finalmente consigo llegar a la cima después de subir por el otro costado.  Cojo el bidón de isotónico (que es el que mejor me ha sabido en la vida) y recargo las baterías.  Viene una bajada bastante larga, así que me relajo (si, esta la hago mucho mejor).  Veo a Sans a unos 100 metros y aunque sé que no podré alcanzarle, le mantengo como referencia.

A falta de unos 20 kms, empiezo a notar molestia en los pies, justo al pedalear.  No es algo que me obligue a parar, pero no puedo obviarlo.  Cada pedalada lo noto y empiezo a preocuparme porque es justo en la planta de los pies, en la zona del metatarso (donde impacta el pie en la carrera).  Intento no darle importancia y seguir pedaleando, acoplado y cansado, queriendo llegar a boxes.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

Finalmente, después de 3:31, veo la línea de desmontaje.  No voy a arriesgarme a bajar en marcha, pero sí que me quitaré las zapatillas.  Al agacharme para soltarlas, me da un pinchazo en la zona abdominal.  Es como un calambre, no puedo casi ni caminar.  Me desmonto de la bici y se la entrego a los voluntarios, pero me duele mucho.  Intento relajarme y poco a poco se relaja el músculo.  Voy andando hasta el box, un poco dolorido y mentalmente muy tocado.  No quiero abandonar, pero no sé si conseguiré terminar.  Por lo menos lo intentaré.  Me pongo las zapatillas y empiezo a correr.  El calor en este momento  es ya muy duro.  Sé que voy bastante detrás de mis compañeros, así que llevo un ritmo cómodo, sólo mirando el reloj para controlar el ritmo cardíaco.   Al menos no me duelen los pies y poco a poco empiezo a encontrarme mejor.  El trazado de la carrera es por asfalto, por tierra e incluso un tramo por césped.  Se hace duro y se echa de menos algún avituallamiento.   Son tres vueltas al circuito:  la primera es dura, la segunda algo mejor, pero en la tercera pego un petardazo.   Había adelantado a David Sans en algún punto, donde me dijo que iba reventado, pero después fue él quien tuvo que tirar de mi.  Las piernas están destrozadas y voy casi en automático.  Voy pillando agua, cocacola e isotónico en cada avituallamiento (creo que nunca he bebido tanto como en esta media maratón).  Le digo a David que tire, que yo no puedo más, pero se queda conmigo.  Gran compañero!

Llegamos a meta juntos.  Es increíble.  Lo he conseguido con una pequeña ayuda de mis amigos.

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][dt_fancy_title title=”Mario hacia la T1″ title_color=”custom” custom_title_color=”#000000″][vc_empty_space][vc_empty_space][vc_single_image image=”36650″ img_size=”full” onclick=”link_image”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]PD: Durante la carrera iba pensando que nunca volvería a Balaguer. Después de ducharme ya estaba pensando en entrenar la bici para volver el año que viene.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *