Crónica Laia Martín – Campeonato de España Olimpico de Banyoles

[vc_row][vc_column][dt_fancy_title title=”Crónica Laia Martín – Campeonato de España Olimpico de Banyoles” title_size=”h3″ title_color=”custom” custom_title_color=”#000000″][vc_empty_space][vc_column_text]La tarde del día 3 de setiembre se celebró el Campeonato de España Olímpico por grupos de edad en el cual participaba junto a mis compañeros de equipo Jordi García, Jordi Aranda y Jordi Vilà. Comimos a las 11:30 de la mañana y hacia las 12:00 ya salimos en dirección Banyoles. Llegamos y caía un sol abrasador, estábamos a 34 grados, la prueba comenzaba a las cuatro y cada tres minutos se hacían las diferentes salidas según el sexo y la categoría.

Las chicas de 18 a 35 años éramos las primeras, así que dejé todo en boxes y calenté un poco en el agua, a las 15:50 nos hicieron salir. Pusieron música de fondo y mis pelos se erizaron, estaba muy nerviosa, llevaba toda la semana sin poder descansar bien de los mismos nervios, pero no sé cómo consigo concentrarme y calmar la respiración hasta que dan el bocinazo de salida que salto al agua y me olvido de todo.

Veo a una chica que lleva bastante buen ritmo y la cojo como referencia para no relajarme en exceso, dentro de mi cabeza solo pienso: “Brazada, fuerza, arrastra, brazada…” Voy levantando la cabeza sin dejar de mover los pies para desviarme lo mínimo posible. Llego a la mitad del recorrido, giro en la boya y alguien me ahoga, no le doy importancia y sigo dando brazadas, en seguida, salgo del agua y miro el reloj, me marca 28 minutos y recuerdo que con mi entrenador, Óscar Ciruelos, habíamos quedado que intentaría bajar de los 25, pienso: “No puede ser”, pero no me desanimo y hago una de las transiciones más rápidas que he hecho en mi vida, cogiendo con mucha energía y ganas la bici.

Llevo la respiración acelerada y eso no me ayuda nada, igualmente veo dos chicas al fondo y decido que hasta que no las pase no bajaré el ritmo, así lo hago, una vez las dejo atrás, traguito de agua y a subir… El circuito tenía poco llano, o subías o bajabas pero no había ni un mínimo momento en el que te pudieses relajar. En la segunda vuelta cojo un grupito muy bueno y entre todas colaboramos haciendo relevos y llegando a la T2.

Corro descalza por el césped del campo de fútbol donde han montado los boxes, me pongo las bambas y salgo, pero pufff, que dolor de barriga que siento, no puede ser, ahora que llegan los 10km que tanto estaba esperando… Mis pensamientos se mezclan, primero pienso la suerte que tengo de poder estar haciendo un triatlón olímpico tan bonito como el de Banyoles, luego el esfuerzo y los entrenos que llevo detrás y por último, que no me perdonaría si abandonase, así que bajo el ritmo y con una mano me apretó la barriga. Al relajarme, me destenso y en medio km la barriga me comienza a responder, apretó un poquito para probarme y casi ya no me duele. En el kilómetro dos comienzo a coger por fin el ritmo y en seguida veo a muchísimos niños de la escuela del Gavà Triatló animando, a mi entrenador dejándose la voz, a mi primo y me da un subidón inimaginable, en ese momento tengo la certeza que puedo apretar un poco más, lo hago y en nada llego a meta esprintando.

Pero esto no es todo, la sorpresa es cuando llego a meta y veo acercarse a mi primo y a Jesús diciéndome: ¡¡¡Laia, que has quedado tercera de tu grupo de edad!!! No me lo podía creer, solo pensaba que se estaban equivocando, que era un error, pero no, lo había conseguido, veo al fondo a mi entrenador y nos fundimos en un abrazo, este logro es tan mío como suyo. ¡Muchas gracias Óscar y Gavà Triatló![/vc_column_text][/vc_column][vc_column][/vc_column][/vc_row]

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